Marais Vernier, zenitude en Normandía
Déjate sorprender y entrégate a la naturaleza. ¡No es necesario ir al fin del mundo para desconectar y alejarse de todo ! El Marais-Vernier es un campo de juego privilegiado para aquellos que quieren recargar las pilas y volver a lo básico.
En el corazón del Parque Natural Regional de los Loops del Sena Normando , el Marais-Vernier es un sitio natural precioso y único en Francia. Nacido de un meandro que el Sena abandonó hace miles de años, el Marais-Vernier es hoy un vasto humedal en forma de anfiteatro donde se puede observar el ecosistema desde una torre panorámica. Desde allí divisamos patos, aves migratorias, cisnes en vuelo y podemos escuchar el croar de las ranas ...
Aléjate de todo en un mundo preservado
Temprano en la mañana, al amanecer bajo una ligera neblina, la flora y la fauna se despiertan lentamente.En el pantano, la madre naturaleza se contempla a sí misma . La vida florece y somos espectadores. Durante un paseo , no es raro encontrarse con vacas escocesas y caballos de la Camarga que se han ido aclimatando a lo largo de los años. En los caminos, las longères y sus techos de paja, los huertos de manzanos revelan una auténtica Normandía , preservada de todo el ajetreo de un mundo donde todo se acelera .
Una vez utilizados para el pastoreo o la siega por los agricultores locales, los prados húmedos de turba representan el ecosistema característico de la reserva natural.
Notamos la presencia de la juncia deprimida, el junco obtuso de floración, el cirse inglés o las orquideas de floración suelta en las marismas alcalinas bajas, el malvavisco oficinal y el torrente de Gérard para el interior o incluso el osmonde real, el liptérido de las marismas, el pimiento real y la juncia con dos venas para el abedul y sus aclareos.
En el lado faunístico, la reserva alberga una avifauna rica en especies.Además de especies que aprecian los ambientes abiertos como el bisbita común o la avefría crestada, existen aves características de los prados pantanosos pastados: la agachadiza, el zarapito común, etc.
El búho chico viene a cazar allí. Éste, como el avetoro común, pasa el invierno con frecuencia. La cigüeña blanca ha estado anidando con éxito desde 1993, instalada en un nido artificial construido a propósito para fomentar el regreso de esta gran ave zancuda una vez más frecuente.
En la reserva natural, no hay camino. Simplemente no es un lugar para caminar.


